El útero es un órgano que, mayormente, está compuesto por músculos. Según investigaciones, el 40% de las mujeres entre 35 y 55 años tiene miomas uterinos. El mioma, también llamado de leiomioma o fibromioma, es un tumor benigno originado en el tejido muscular del útero. Se trata de una lesión que no es cáncer y no presenta riesgo de transformarse en cáncer. Es un crecimiento anormal de una área de esta musculatura. Por lo general, su aspecto es redondo y está compuesto por el mismo tejido del útero. Las causas de su formación se desconocen. Sin embargo, tienen un considerable impacto por parte de las hormonas femeninas, ya que estimulan el crecimiento de estos fibromas.
Existen mujeres que sufren desarreglos hormonales. Estos producen menstruaciones muy largas o dolores menstruales de gran intensidad. Cuando existen miomas en el útero y embarazo, este tipo de problemas suele desaparecer. La infertilidad de la mujer se incrementa con la presencia de miomas. Todo esto depende del número, tamaño y localización. Sin embargo, el número de embarazadas con miomas se ha incrementado. En caso de diagnosticarse a tiempo, los miomas en el útero no tienen por qué presentar complicaciones para el embarazo, aunque se hace fundamental un seguimiento médico más frecuente.
Los miomas en el útero son una enfermedad que ocurre en edad reproductiva. Además, están relacionados directamente con las hormonas estrógeno y progesterona. Estos fibromas no aparecen antes de la pubertad, ni tampoco suelen ser comunes en adolescentes.
Existen cuatro tipos de miomas en el útero, que se clasifican según su ubicación
- Mioma submucoso: Esos fibromas crecen debajo del miometrio, que es la capa que recubre la pared interior del útero. El mioma submucoso suele extenderse dentro de todo el útero. En ocasiones, cuando es grave, ocupa gran parte de la cavidad uterina.
- Mioma subseroso: La serosa es la capa que recubre la parte externa del útero. Normalmente, los miomas subserosos crecen justo debajo de esta capa. Estos fibromas tienen una apariencia nodular dentro de la cavidad uterina.
- Mioma pediculado: Estos son tumores que crecen y quedan sujetos por un cordón fino, llamado pedículo. El mioma pediculado se destaca dentro de la cavidad uterina, ya que puede crecer hacia dentro o hacia afuera del útero.
- Mioma intramural: Estos fibromas crecen dentro de la pared muscular del útero. Cuando son de un tamaño pronunciado, pueden distorsionar la pared externa o la pared interna del útero.
No se conocen con exactitud las causas de los miomas en el útero. Es probable que sean el resultados de alteraciones genéticas u hormonales. Se dice también que pueden ser problemas vasculares e influencias de otras enfermedades. Sin embargo, existen algunos factores de riesgo a tener miomas que ya son conocidos como: tener antecedentes familiares, haber tenido embarazos, una menstruación a edad temprana, el uso de anticonceptivos, la ingesta de bebidas alcohólicas, padecer de hipertensión, entre otros.
Los miomas de útero se pueden presentar con diferentes aspectos y complicar el embarazo. Por ejemplo, puede ser uno solo o varios. También, pueden ser pequeños o tener varios centímetros de diámetro. Pueden causar síntomas o ser completamente asintomáticos. En la mayoría de los casos, estos fibromas son minúsculos y no generan síntomas. Sin embargo, existen algunos síntomas comunes que causan estos tumores.
El sangrado vaginal es uno de los síntomas más frecuente de los miomas.Se presenta como una menstruación con mayor cantidad de sangre y se extiende más días de lo normal. Los fibromas submucosos son los que más se presentan con este tipo de sangrado. Si este síntoma ocurre fuera del período menstrual, no es causado por un mioma.
El dolor pélvico es un síntoma también común en los miomas de útero. Este es generado por los tumores subserosos, creando una sensación de peso en la pelvis. Dependiendo de su ubicación, pueden existir otros síntomas. Por ejemplo, dificultad para orinar o dolor durante la relación sexual.
Todo embarazo debe ser controlado por un ginecólogo, desde los primeros meses. De esta manera, si existe alguna irregularidad, se podrá corregir a tiempo. En el caso de presentar miomas, el seguimiento médico es fundamental, para prevenir partos prematuros. Lo primero que se debe hacer es mantener la calma y, recordar que el buen desarrollo del bebé depende de una y de nuestra tranquilidad. Posteriormente, hay que cumplir con las indicaciones del especialista.
Durante la gestación, los niveles de estrógenos aumentan y la situación del mioma varía. Habitualmente, el cambio hormonal provoca un incremento en su tamaño. Sin embargo, existen casos en el fibroma mantiene su tamaño o, incluso, disminuye. Los miomas grandes, múltiples y que causan deformidad uterina aumentan el riesgo de complicaciones durante el embarazo. Esto sucede cuando la placenta se incrustra en un mioma. Por lo general, estos son los fibromas submucosos e intramurales. La mujer en estado puede presentar abortos, rotura el útero y problemas en el parto. En el momento del parto, el principal problema se ocasiona en la localización del tumor. Si se sitúa en la zona más baja del útero, puede obstaculizar el canal de parto. En tal caso, es probable que sea necesaria una cesárea.
Los miomas en el útero y embarazo se comienzan a tratar cuando generan síntomas, son muy grandes o crecen rápidamente. Los tratamientos hormonales son los más utilizados en este caso. Estos ayudan a disminuir el tamaño de los fibromas y a disminuir sus síntomas. Los estrógenos influyen en el incremento del tamaño de los miomas, se induce un estado similar a la menopausia mediante agonistas de la GnRH. El tratamiento dura entre 3 y 6 meses y consigue reducir el volumen de los miomas entre un 30 y un 60 %. Asimismo, también existe tratamiento quirúrgico. En la actualidad, las operaciones de estos tumores han mejorado. Sus resultados son satisfactorios y su recuperación es cada vez más corta. Según el caso, se puede realizar la extirpación de los miomas o del útero.