La Adolescencia es un hermosa etapa de la vida (o debería serlo), en la cual el adolecer se encuentra permitido. Cuando comenzamos a madurar, culturalmente la depresión en adolescentes se encuentra “justificada” dado que comienzan los verdaderos problemas para que la misma surja.
Pero los adolescentes se sostienen frente al mundo con herramientas diferentes a las nuestras. Por ende su capacidad para afrontarla es otra. Para los adolescentes, es todo un desafío los primeros vínculos con sus pares, la sexualidad, los exámenes, la exigencia de sus padres, llevándolos a padecer sentimientos de tristeza o preocupación excesiva. Estos sentimientos se pueden prolongar durante semanas o meses y pueden llegar a afectar a la vida cotidiana de los jóvenes. De ahí la importancia de conocer sus síntomas y poder identificarlos con rapidez.
La depresión en los adolescentes también se encontrará con los síntomas que padecemos los adultos, con sentimientos de tristeza, con una disminución o pérdida del interés en actividades que antes les gustaban y, en muchas ocasiones, también en general con el tema de tener una baja autoestima.
El cuadro clínico depresivo, puede variar en cada uno de nosotros, pero se caracteriza por presentar los siguientes síntomas:
- • Sentimientos de tristeza o estado de ánimo deprimido
• Anhedonia o pérdida del interés y disfrute en actividades que antes resultaban placenteras
• Falta de motivación y sensación de que todo es muy difícil o complicado
• Cambios en el apetito
• Alteraciones en el sueño que pueden ir desde dificultades para dormir a dormir demasiado
• Pérdida de la energía o aumento de la sensación de fatiga
• Sentimientos de culpabilidad e infravaloración de uno mismo
• Problemas de atención, concentración y en la toma de decisiones
• Cambios de humor ocasionales
• Sentimientos de irritabilidad
• Gran sensibilidad al rechazo y la crítica
• Retraimiento social
• Disminución del rendimiento académico
• Conductas de riesgo
• Autolesiones
• Pensamientos de muerte o suicidio
En los adolescentes esta patología puede surgir a partir de experimentar:
- • Una ruptura
• Dejar sus estudios o sentirse incapaz de realizarlos
• La separación de los padres
• La muerte de un ser querido
• El rechazo de sus pares o el bullying
• Traumas precoces en la infancia
• Vulnerabilidad extrema desde el contexto circundante.
Debemos tener en cuenta que la tristeza esperable a partir de cada uno de estos episodios no es sinónimo de depresión. Los cambios químicos de los neurotransmisores pueden generar cambios permanentes e irreversibles cerebrales que tendrán consecuencias en el adulto a lo largo de su vida.
La depresión es uno de los principales factores de riesgo de suicidio y autolesión, riesgo que aumenta durante la juventud debido a un aumento en las fluctuaciones emocionales en comparación con otras etapas de la vida.