A pesar de que no existan estudios que marquen una edad exacta en la cual los chicos pueden comenzar a quedarse solos en casa, los especialistas sostienen que entre los 12 y los 14 años estarían capacitados para esta responsabilidad. No obstante, advierten que cada familia debe analizar la maduración de los chicos antes de iniciar este proceso de autonomía que resulta muy importante tanto para los niños como para los padres. Por otra parte, existen ciertos factores socio-económicos, el estilo de vida e idiosincracia de cada Nación, que son relevantes y, también influyen el entorno, el país, ciudad o pueblo, en el cual residen.
El camino que lleva a dar independencia y autonomía a los hijos no es directo, así como tampoco se recorre de un día a otro; tiene sus idas y vueltas, en ese progresivo soltar la cuerda que permite que los pequeños hagan suya la responsabilidad del cuidado de sí mismos. Es por ello que la pregunta de cuándo se puede dejar solos a los chicos en el hogar sobrevuela el espacio de todas y cada una de las familias, y las decisiones al respecto son extremadamente personales, atentas a la situación particular de cada hogar y a la personalidad de cada chico. Como fuera, cada paso que se da hacia adelante implica un crecimiento para los hijos y, también, un espacio nuevo para transitar para los padres, que poco a poco recuperan rutinas de pareja y de vida social puesta entre paréntesis por la paternidad.
En un contexto global en el que cada vez es más frecuente que ambos padres trabajen y pasen buena parte de su día fuera de la casa, no son pocos los chicos que deben aprender a edades más o menos tempranos a desenvolverse solos en el hogar al menos por un rato. En España, por ejemplo, casi el 10% de los chicos menores de 12 años se quedan solos en sus hogares. En USA, la proporción supera el 40%. Allí, se ha acuñado el término latch key children (niños de llave), que hace referencia a los menores que pasan mucho tiempo en el hogar sin la presencia de un adulto, y cuya señal distintiva es que llevan la llave de casa colgando de su cuello. La realidad es que los niños se desarrollan a diferentes edades y de distinta manera, con lo cual no habría que tomar la decisión sólo pensando en la edad del niño. Aún así, existen estados que han impuesto reglas al respecto, y que incluso cuentan con la posibilidad de sancionar “por negligencia” a quienes no las respetan.
En la crianza no hay reglas, la mente se constituye en el vínculo con los padres. Por lo tanto, algunos hijos son más independientes que otros a diferentes edades. Los factores que hay que tomar en cuenta son la confianza de los padres al hijo, basados en hechos concretos: ¿es confiable? ¿Trata bien a sus hermanos? ¿Se viste y levanta solo para ir al colegio? La responsabilidad se manifiesta en varias áreas o no se tiene. Realizar ensayos para que los chicos ejerciten su autonomía con responsabilidad es la mejor estrategia. Comenzar dejándolos sólos para ir al almacén o pasear al perro (por unos 15-20 minutos) suele ser un buen comienzo. Luego, paulatinamente ir extendiendo ese tiempo. Nunca se debe forzar la situación, dejarles reglas claras como ser: no abrir la puerta a extraños, que tengan manera de comunicarse con nosotros en caso de una urgencia, etc. y, siempre hay que estar atentos y ver cómo se desenvuelven en la soledad del hogar.