El DIU es el dispositivo intrauterino más conocido y utilizado por miles de mujeres. Su función es evitar el embarazo. Existen muchos tipos de DIU, pero todos tienen un grave problema: si bien tienen una alta eficacia (del 98%), también pueden fallar y, el problema que se presenta es que los embarazos con diu pueden ser muy peligrosos tanto para la madre como para el bebé.
Lo primero que debes hacer es ir al médico para que lo extraiga. Incuso una vez extraído, la descarga de hormonas puede provocar un parto prematuro o un aborto espontáneo. Si se mantiene el DIU, hay un 50 % de probabilidades de tener un aborto, mientras que si se extrae, este porcentaje desciende a un 25 %. Durante el tercer trimestre el peligro de perder al bebé es 10 veces mayor de lo normal. En caso de llevar a término el embarazo, el bebé puede ser de bajo peso o, incluso puede producirse una muerte fetal en el útero.
El proceso es rápido y sencillo si se retira en los primeros días de embarazo, pero la extracción se complica si se hace mas tarde. Cuando una mujer queda embarazada teniendo un DIU, lo más probable es que haya un aborto natural, que se tenga una hemorragia vaginal, que haya desprendimiento prematuro de la placenta, que exista un embarazo ectópico o, en el mejor de los casos, que exista un parto prematuro. También, las infecciones uterinas que se producen con mayor frecuencia en mujeres embarazadas que tienen colocados DIU. Además, algunos DIU liberan una hormona sintética llamada levonorgestrel, que es similar a la progesterona. El embrión quedará expuesto a esta hormona sintética y se desconocen los posibles efectos a largo plazo sobre el bebé.