Todas sabemos lo importante que es darle la teta a nuestros bebés. Además de los beneficios para su salud, e incluso la nuestra, el amamantamiento es único porque genera una conexión especial y muy enriquecedora entre mamá e hijo. Sin embargo, hay varias situaciones que no siempre suelen contarse a la hora de amamantar. No todas son “rosas” y hay momentos en los que nos planteamos ¿Quién cuernos me mandó a meterme en esto?
EL SACALECHE: NUESTRO FIEL AMIGO
Cuando lo compraste, te generaba algo de impresión usarlo y no podías evitar sentirte como una vaca en un tambo, siendo ordeñada. Pero ahora, de tanto usarlo, ya le tomaste cariño, le agarraste la vuelta y ya no necesitás 3 horas para llenar 15 ml. Es un éxito total. Hasta creés que vas a extrañarlo cuando puedas prescindir de sus “servicios succionadores”.
LA PUERICULTORA AMASA
Ese personaje de nombre complicado y estrafalario que ni sabías que existía ahora resulta que puede ser la salvadora: evitando que el bebé se prenda mal a la teta y nos lastime, enseñándote por qué se tapan los conductos mamarios o qué hacer si producís leche en exceso. El tema es que el “método” consiste en una maniobra bastante incómoda y algo denigrante: que la profesional en cuestión te apretuje las tetas, las exprima, las masajee y amase, sin reparo alguno! Todo sea por no explotar.
TSUNAMI DE HORMONAS
Bajaste mucho de peso (es cierto que dar la teta adelgaza y ayuda a recuperar la figura), pero nadie puede creer lo que comés, sin parar. Y, no sólo eso, sino que cada vez que amamantás, te bajás 1 litro de agua en..15 minutos! Hay mas : transpirás mucho a pesar de que haga un frío tremendo y, en menos de media hora podés pasar sin escalas de la risa al llanto. En fin, juran quienes dieron la teta que en algún momento ese torbellino incontrolable, se pasa.
LA LIBRE DEMANDA , PARA UNA, DE LIBRE NO TIENE NADA
A la mayoría de los pediatras les encanta decir que tenés que dar el pecho “a libre demanda”. O sea, tus lolas (y vos, claro), tenés que estar las 24 horas, todos los días, disponible para tu bebé : para que se alimente, juegue, mimosee, se duerma…etc. Es así como el tiempop pasa y te empezás a sentir que sólo sos un par de tetas ambulantes.
EL “GOTEO” MOLESTO E INOPORTUNO
Volviste a trabajar y todavía cuesta calcular bien los horarios en que tenés que sacarte leche, o a veces no podemos hacerlo cuando es necesario, entonces observamos que nuestras lolas no resisten, que están a punto de estallar y… ahi está, esas aureolas en la remera! Todo sea para evitar esos protectores mamarios que mucho no solucionan porque se notan a través de ciertas prendas.
LOS DIENTES DEL BEBÉ SON UNA AMENAZA
Tu bebé ya tiene 5 – 6 meses y todos festejan que ya se le asoman los primeros dientitos. Pensás en la lactancia extendida y en esas mujeres espléndidas que dan la teta a chicos de 2 años. Confiás. Te juran que, en general, cuando succionan, no muerden, pero no podés sacarte esa idea de la cabeza y esperás, resignada y entregada, ese primer mordiscón, mientras ensayás distintas formas de hacerle comprender que mami no es “masticable”.
LA BOMBA SEXY CONVIVIENDO CON LA MONJA
Ahora que se te fue la panza y que tenés una producción de leche en funcionamiento constante, estás bien pechugona. Nunca tuviste tan buena delantera y, el cambio realmente se nota: los hombres te miran mas por la calle y tu marido no puede creer tus aumentadas medidas y quieren jugar con los “chiches nuevos”. Sin embargo, vos estás pensando “Sexo? Qué era eso?”. Tu cabeza está puesta en el bebé y en ser madre, asique cuesta dar cabida a ese cuerpo de femme fatale cuando la mente se transformó en el de una monjita y la libido se ha ido a dar una largo paseo, ha desaparecido.
LAS LOLAS Y LA FUERZA DE GRAVEDAD
Te mirás al espejo y…ayyyy! Te dan ganas de gritar: tanto que te habías engolosinado con la idea de ser pulposa. Los corpiños que usabas antes te quedan enormes y las lolas te quedaron bien blanditas, pero como dos globos desinflados! Al principio, nos agarra una trsiteza enorme, pero luego, por suerte descubrimos todas las variantes de corpiños con push up y con relleno que existen y que pueden sernos de gran ayuda. Y si nada parece funcionar, y no tenés contraindicaciones, la cirugía estética puede ser una aliada definitiva.
EL RIESGO DE SER UNA EXHIBICIONISTA
Sabías que no ibas a ser demasiado pacata, pero tampoco te imaginabas que ibas a pelar una lola delante de ese primo con el que tuviste, alguna vez, onda. Y, cuando te querés dar cuenta, ya practicamente no queda un sólo ser humano sin haberte visto las tetas. Cada tanto, encima, cuando amamantás en un lugar público, tu bebé se distrae y quedás completamente con , al menos una loa “destapada” con pezón al aire. Entonces, te sentís bastante avergonzada y te vuelve esa esperanza de que algún día recuperarás esa cierta intimidad.