La alimentación en los niños tiene importantes repercusiones en la salud y en las capacidades físicas y cognitivas a largo plazo. Es bien sabido que una buena alimentación en la infancia es determinante para asegurar un adecuado crecimiento y desarrollo, tanto en las características físicas como en aspectos menos evidentes, como la maduración del sistema nervioso central. El organismo necesita nutrientes para funcionar. Si no se los damos a través de los alimentos, los obtendrá destruyendo los propios tejidos corporales y se va a ver afectado el tejido muscular, sin que eso sea suficiente para mantener un buen desempeño cognitivo y físico. Es así como un buen desayuno es extremadamente necesario ya que el sobreesfuerzo metabólico y la imposición de condiciones poco favorables, como un ayuno de más de ocho horas, dispara fenómenos patológicos como el desarrollo de cálculos biliares.
Los chicos suelen presentar agotamiento mental y físico cuando pasan un tiempo largo sin ingerir alimentos. Entonces, para que tengan un buen desempeño y rendimiento en la escuela y estén con energía para comenzar el año académico, es necesario que se alimenten bien, incorporando a su organismo nutrientes esenciales que influyen de forma importante en las capacidades intelectuales, como es el caso de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. La energía celular es obtenida de los nutrientes, principalmente de la glucosa, la que usualmente se obtiene de la circulación sanguínea que es abastecida gracias a la ingesta de alimentos que los aportan.
Es de extrema importancia que ingieran alimentos ricos en proteínas (como leche y huevo), ricos en ácidos grasos esenciales (como pescado, palta, etc.), vitaminas, minerales y fibra (presentes en frutas y verduras) y que tengan una correcta hidratación. La ingesta de pescado es especialmente benéfica, ya que aporta proteínas y a la vez es la principal fuente de ácidos grasos esenciales del tipo omega 3, imprescindibles en la dieta. Otro infaltable deberían ser las legumbres, alimento altamente energético, que además ofrece una gran cantidad de vitaminas y minerales, además de fibra y proteínas.
Muchos de estos nutrientes permiten potenciar aspectos puntuales en la etapa escolar :
- Ácidos grasos de tipo omega-3: Tienen un rol clave para el desarrollo y la salud del sistema nervioso central, por lo que son necesarios para el desarrollo y mantención de las habilidades cognitivas a corto y largo plazo.
- Hierro: Es requerido para la formación de los glóbulos rojos, encargados de llevar oxígeno a los tejidos. Es necesario para realizar actividades físicas y favorece las habilidades intelectuales.
- Vitamina C: Es importante para la cicatrización, para la inmunidad y para mejorar la absorción del hierro.
- Zinc: Es de gran importancia en el crecimiento y realiza una relevante función en el sistema inmune. Ayuda a conseguir el máximo potencial de crecimiento (estatura) y evita infecciones.
Entre los alimentos que deben evitarse están los azúcares (alimentos dulces) y las grasas de origen animal o trans (como por ejemplo la manteca y la crema espesa).
Los azúcares deben ser evitados
La mantención del nivel de glucosa normal/estable en sangre es importante para un buen desempeño. Sin embargo, la mejor forma de colaborar es ingerir la glucosa en forma de carbohidratos complejos, como papas o arroz, y no en forma de azúcar o alimentos azucarados. Esto se explica porque la velocidad de absorción de la glucosa es mucho más rápida cuando proviene de alimentos dulces, a lo que el organismo responde mediante una rápida y abundante liberación de insulina, generando de la misma forma una rápida y abrupta caída de la glucemia, lo que determinaría un deterioro en el rendimiento. En lo que respecta a los sumplementos dietarios, éstos son una muy buena alternativa para cubrir los déficit nutritivos de la dieta cuando se posee cierta patología y no se consigue una ingesta adecuada, o cuando las necesidades se incrementan como en el caso de deportistas de alto rendimiento, sin posibilidad de ser cubiertas por una alimentación convencional, o también cuando no es posible acceder a un grupo específico de alimentos, como en el extremo sur del país donde hay poco acceso a los vegetales. Sin embargo, su uso no debe ser considerado como un sustituto de una alimentación balanceada y completa cuando esta es posible, ya que la alimentación es más que la incorporación de nutrientes al organismo.