Los deseos de las mamás para sus hijos pueden variar pero todos tienen en común que para que se cumplan es necesario asegurar el buen Desarrollo Mental del niño. Cada ser humano nace con una cantidad determinada de neuronas y el desarrollo mental es sinónimo de las conexiones que se generan entre ellas. Cuantas más conexiones, más posibilidades tiene la persona de desplegar su potencial al máximo y convertirse en la mejor versión de sí misma. Asegurar el adecuado desarrollo del cerebro depende de una nutrición adecuada y de una estimulación continua. En el primer caso se trata de alimentar al niño con leche materna (como mínimo hasta los 6 meses) o con una leche de fórmula que incluya los nutrientes que tiene la leche de la mamá, como el ácido graso esencial DHA.
La estimulación consiste tanto en proponerle al bebé ejercicios didácticos organizados como en las respuestas que mamás y papás dan espontáneamente a sus hijos. Un bebé que durante los primeros seis meses de indefensión recibe todos los cuidados de su mamá, crece sabiendo que va a tener lo que necesita y que puede confiar en los demás. La estimulación entendida como un acto de amor construye las bases para las relaciones e interacciones del futuro. Además, estimular es generar distintas situaciones que permitan al bebé ir por más en su desarrollo. Esto puede ser desde armar un rompecabezas hasta jugar con arena, probar un nuevo sabor o cantar una canción mientras lamamá lava los platos.
Algunas actividades y juegos para estimular el desarrollo mental de los chiquitos pueden ser:
- Recién nacido: colgar un móvil con formas simples y de colores sobre la cuna del bebé para estimular su desarrollo cognitivo mientras aprende a enfocar la vista.
- Dos a tres meses: hablarle y señalarle objetos familiares para ayudarlo a entender asociaciones y, así, estimular su capacidad de comunicación.
- Cuatro a cinco meses: poner al bebé frente al espejo contribuye con su desarrollo social, ya que está en una etapa en que se interesa por las caras y por ver a otros niños.
- Seis meses: para que aprenda a sentarse ubicar al bebé en la esquina interior de un sillón.
- Siete a ocho meses: para contribuir con su desarrollo motriz nada mejor que juguetes con palancas, botones y manijas.
- Nueve a diez meses: en pos de su desarrollo social, enseñarle a mover la mano para decir “chau”.
- De 11 a 12 meses: para que pueda ejercitar sus habilidades motrices es bueno reacomodar los muebles para que él o ella pueda moverse sosteniéndose en ellos.
- Durante el año: estimular el desarrollo cognitivo mediante la lectura de libros. El niño será capaz de señalar imágenes y saber de qué tratan.
- Durante los dos años: responder a todas sus preguntas contribuye con sus habilidades de comunicación e inteligencia.
- Durante los tres años: cuando el chico juega con otros niños, sin alterar la continuidad de la actividad, se puede guiar su desarrollo social con intervenciones del tipo: “Es el turno de tu amigo”.