A los 6 meses de edad, se aconseja que el niño tome medio litro de leche al día. Si le damos mamadera, sabemos si alcanza esa cantidad o no (más o menos, porque hay niños que necesitan menos de medio litro). Pero si le alimentamos a pecho, ¿cómo sabemos que la toma? Básicamente, un bebé está tomando suficiente cantidad de leche cuando no quiere más; él sabe lo que necesita. Pero hay un requisito: que tenga la oportunidad real de tomar esa leche.
Si acaba de comer, por ejemplo, una papilla de fruta o de verdura, es difícil que quiera seguir comiendo, y por tanto no podemos estar seguros de si de verdad no quiere leche. La solución es bien sencilla: ofrecerle la leche antes de los sólidos y no después. Si así tampoco quiere, es que no la necesitaba. Pero si la acepta, que tome toda la que quiera. Y cuando ya no quiera más leche, entonces hay que probar a darle los otros alimentos. Lógicamente, si toma más leche, tomará menos sólidos. No importa que no coma nada o casi nada de sólidos; en esta etapa lo que aún más alimenta es la leche. La mayor parte de los bebés de 6 meses o más toman básicamente pecho, complementado por una cucharada de banana pisada o dos cucharadas de arroz con tomate o algún otro alimento tipo papilla.
El chiquito/a de 6 meses puede llevarse los alimentos a la boca con sus manos y comer solo; por supuesto que se atragantará, lo mismo que cuando empiece a caminar se caerá. Los niños se caen y se atragantan muchas veces, pero su madre está a su lado para ayudarles, y poco a poco van aprendiendo. Los bebés pueden comer muchas cosas, según su edad, sus progresos y la consistencia de cada alimento. Morder una banana o una rodaja bien finita de manzana, melón o sandía; agarrar con sus manitos fideos, cortezas de pan o arroz con tomate; tomar minúsculas bolas de carne de una hamburguesa o una albóndiga desmigajada.
Muchas veces los bebés tosen y ponen cara de asco cuando se llevan algo a la boca. ¿Y qué hacen luego? Siguen cogiendo cosas, llevándolas a la boca, explorando. Los bebés se lo llevan todo a la boca, juguetes, papeles, muebles, los dedos de sus padres y también las cosas de comer, si se lo permiten. Al principio las chupan y las escupen, pero no pasa nada. Si toman leche, están bien alimentados. Lo importante es que vayan explorando, disfrutando y avanzando.