Los abortos son una de las pérdidas más comunes durante las primeras semanas de gestación. Aproximadamente, el 60% de las mujeres que quedan embarazadas la primera vez , pierden el bebé. Normalmente los abortos son espontáneos, porque seguramente el desarrollo del embrión no sigue su curso o viene con material genético defectuoso y se produce la pérdida. Las mujeres que pasan por un aborto deben ser conscientes que la pérdida de un embrión es muy común y que a no ser que se repita en los siguientes embarazos no deben preocuparse porque es totalmente natural.
En algunos casos muchas mujeres no son conscientes de estar embarazadas y manifiestan una menstruación dolorosa que provoca la pérdida del embrión en sus primeras semanas, por lo que no llegan a saber si estaban realmente embarazadas o era el periodo menstrual. Cuando una mujer pasa por un aborto tiene que tomar una serie de medidas que le ayudarán a recuperarse física y emocionalmente después de lo sucedido, será el ginecólogo quien le aconsejará y tratará después de la pérdida.
Existen los abortos repentinos, involuntarios y los incompletos, aquellos que donde todo el material de la concepción no ha sido expulsado naturalmente y se necesita de una intervención para eliminar cualquier resto de embarazo. Los abortos incompletos pueden llegar a provocar abortos sépticos donde los restos del embarazo quedan en el interior de la mujer y producen infección. Los abortos espontáneos o repentinos pueden complicarse cuando el material que contiene el embarazo no se ha eliminado completamente del organismo de la mujer. Provoca dolores, calambres, manchado abundante, fiebre e infección del endometrio, por lo que será indispensable acudir al médico cuando una mujer siente o padece estos síntomas después de haber tenido un aborto. Será necesario que el especialista valora el estado general de la mujer, por lo que se tomaran las medidas oportunas si existe infección de las paredes uterinas y aún no se ha expulsado todo los restos de la concepción.