La caries dental es una enfermedad infecciosa crónica que cursa con desmineralización y desintegración progresiva de los tejidos dentarios calcificados. Es un proceso dinámico que se caracteriza por unas reacciones químicas que dan como resultado la destrucción final del diente, desde su superficie hacia el interior.
La caries de biberón también es conocida como la caries dental del bebé, síndrome del biberón o caries de la lactancia, siendo esta última denominación la más correcta ya que es una caries rampante que afecta a la dentición primaria de los lactantes y niños de corta edad.Se la relaciona con el uso frecuente y prolongado de un biberón con contenido líquido con carbohidratos fermentables como zumo de fruta comercializado, uso de jarabes vitamínicos o untar el chupete con miel o azúcar durante el sueño.
Los dientes que se afectan principalmente son los cuatro incisivos de leche superiores y las primeras muelas de leche tanto inferiores como superiores, los caninos inferiores se ven implicados con menos frecuencia. No se ven afectados normalmente los incisivos de leche inferiores, porque con el hábito de succión de los niños hace que el labio inferior proteja a estos dientes. Existe relación socioeconómica de la caries del biberón en el mundo industrializado, encontrándose mayor nivel de enfermedad en niños procedentes de familias más humildes.
Para que se origine cualquier tipo de lesión de caries es necesario que confluyan en el individuo tres factores. Éstos están claramente diferenciados en el conocido diagrama de Keyes y son: bacterias patógenas, sustrato y susceptibilidad del huésped, influyendo también el factor tiempo. Las lesiones de la caries de mamadera tienen su origen en la ingesta prolongada de líquidos que contienen sacarosa. La causa principal es la presencia durante tiempos prolongados de una mamadera que contiene leche u otro líquido con hidratos de carbono, sobretodo durante el sueño.
La leche, tanto bovina como materna, tiene baja cariogenicidad, pero algunos autores piensan que los radicales ácidos producidos en la metabolización de la lactosa presente en la leche pueden desmineralizar el esmalte dental.La caries del lactante es una enfermedad incuestionablemente inducida, ya que la mamadera se le da al chiquito para que concilie el sueño. Cuando el bebé toma la mamadera, la tetina se apoya contra el paladar mientras la lengua (que está en contacto con los labios, cubriendo a los incisivos inferiores), fuerza el contenido hacia la cavidad bucal. Cuando el bebé se va adormeciendo, la velocidad de deglución disminuye, al igual que la secreción y flujo salivar. De esta forma, la leche en la boca forma una colección estancada que baña los dientes, excepto los anteroinferiores ya que como la lengua se mantiene en contacto con los labios impide que se acumule la leche a su alrededor.Durante este periodo se forman ácidos que continuamente producen desmineralizaciones en el esmalte. Si este proceso se repite con frecuencia lleva a la aparición de caries.
El hábito de succión de mamadera puede ser nocturno (el más frecuente) o diurno, y eso determina patrones distintos de afectación. En el patrón diurno se afectan todos los dientes inferiores excepto los incisivos (por acción protectora de la lengua) y las caras oclusales de los dientes posteriores. Además de la mamadera y el chupete, hay otros factores que pueden influir en la aparición de este tipo de caries como son: la lactancia materna prolongada, la actividad muscular orofacial, la frecuencia y duración del hábito, las alteraciones estructurales de los tejidos duros dentales, la capacidad tampón y cantidad de la saliva del niño y la respiración oral.
Esta entidad se caracteriza principalmente por lesiones de rápida progresión en las superficies lisas de los dientes superiores sobretodo. Las lesiones pueden incluso rodear completamente al diente, pudiendo decapitarse y quedando el diente a nivel de encía. Las lesiones producidas por el chupete impregnado son generalmente menos agresivas que las producidas por el biberón, debido al tiempo de contacto del alimento cariogénico con los dientes. La lesión inicial suele ser una manchita blanca o punteado del esmalte al poco tiempo de salir los dientes, pronto cambian de color hacia un amarillo claro y se extienden hacia los lados y hacia abajo. En los estadios avanzados, ya hemos dicho que por confluir las lesiones se produce la fractura de la corona del diente, involucrándose la raíz de los dientes, pudiendo dar lugar a lesiones inflamatorias. Si la caries no se trata a tiempo puede producir gangrena pulpar y hacer aparecer flemones en los niños.
Además, esta clase de lesiones puede tener otro tipo de consecuencias como son: infecciones dentarias; dificultad para el tratamiento, por lo grandes que pueden llegar a ser las lesiones y por la corta edad del paciente; problemas estéticos; dificultad para masticar; dificultad para una correcta pronunciación; puede alterar la erupción de los dientes sucesores; puede dar lugar a problemas de espacio que a la larga necesiten tratamiento ortodóncico.
La caries dental es un problema sanitario muy importante en la infancia. Para prevenirlas, se aconseja:
- Sugerir la primera visita al odontólogo a partir de los nueve meses de vida, cuando las caries por amamantamiento todavía no se han producido.
- Mantener al niño vertical mientras se alimenta, e impedir que se duerma durante la alimentación con la mamadera. Si esto ocurre, es importante despertarlo y limpiarle los dientes con una gasita o darle agua que retirará los restos de leche.
- Evitar prolongar la alimentación con la mamadera. Cuando el niño sea capaz de beber con un vaso se debe eliminar el biberón, aproximadamente a los 12-15 meses. Para no eliminarlo de golpe se puede sustituir el contenido por agua, el niño en unas 3 semanas se adaptará.
- Los padres deben cepillar los dientes de los niños tan pronto como erupcionen, pero sin dentífrico para que el niño no se trague la pasta. En los niños con los que no podamos utilizar un cepillo, se le limpiarán al niño los dientes con una gasa.
- Es muy importante informar a los padres sobre las sustancias que tiene un alto potencial cariogénico como son: la leche condensada, azúcar, zumos envasados… e indicarles que no impregnen el biberón o el chupete con estas sustancias.
- Existen estudios que demuestran el paso de bacterias estreptococos mutans (relacionado con la caries dental) de la madre al hijo en los primeros meses de vida. Por esta razón se recomienda eliminar los focos infecciosos de la madre tratando las caries, limpiezas profesionales, enjuagues con clorhexidina e instrucciones de higiene oral.
La primera acción debe ser una acción preventiva, empezando por educar a los padres en los aspectos necesarios para participar en la obtención y mantenimiento de la salud bucal de sus hijos. Es necesario eliminar el factor causal, que en este caso se tratará de una modificación de la dieta del niño, eliminándole las sustancias azucaradas responsables de este tipo de lesión. En edades tempranas son los padres los encargados de la higiene de los niños y deben ser los primeros en desarrollar ese hábito que más tarde transmitirán a los más pequeños. En estas edades se prescinde del cepillo dental y la higiene la llevan a cabo los padres limpiando los dientes de su hijo con una gasita. A partir de los 3 años, el niño empezará a manejar el cepillo dental personalmente, aunque los resultados en cuanto a la eliminación de placa sean prácticamente nulos. Pero la eliminación de la placa será realizada todavía por los padres. Se trata únicamente de que el niño inicie su aprendizaje en este sentido. A estos niños sería interesante darles un aporte adicional de flúor, bien sistémico (en forma de pastillas de flúor) o barniz de flúor, pero siempre teniendo en cuenta la concentración de flúor en el agua de bebida.
En una última instancia, las lesiones necesitarán un tratamiento por parte del odontólogo. Desde el punto de vista terapéutico, debido a que las lesiones son circunferenciales en la mayoría de los casos, se trata de una terapéutica compleja. En casos de lesiones pequeñas se podrán restaurar con obturaciones de composite, para que queden estéticas. En el caso de lesiones mayores es necesario en muchos casos recurrir a la utilización de coronas o fundas para los dientes. Habrá casos en los que, por la extensión de las lesiones, se precisará realizar tratamiento del nervio de los dientes, e incluso casos en los que se deberá ser mucho más agresivos y llegar a la extracción de las piezas dentales, esto último suele ocurrir cuando se ha producido la decapitación del diente. Tras la extracción de los dientes, debido a que se pueden producir movimiento de los dientes adyacentes y provocar problemas de espacio para los dientes sucesores, será necesario en muchos casos la utilización de mantenedores de espacio, que además de utilizarlos para no perder el espacio para los dientes sucesores, se pueden utilizar para resolver el problema estético que puede suponer la extracción de estas piezas dentarias a tan corta edad, ya que en el mantenedor se pueden colocar las piezas que faltan en la boca. Todo este tratamiento se debe tener en cuenta en unos pacientes que por sus condiciones físicas, emocionales y psicológicas puede resultar muy difícil. El odontólogo debe estar preparado para manejar la conducta del niño, que en muchos casos se trata de lactantes. Por ello, en la mayoría de los casos necesitaremos la ayuda de los padres.
Para concluir podemos decir que estamos ante un problema de salud muy frecuente en la sociedad, y que muchas veces es la falta de información de los padres lo que provoca que los niños lleguen a estas situaciones, ya que los padres no piensan que simplemente por darle los biberones azucarados, los niños puedan llegar a este nivel de enfermedad. Por ello, se trata de informar bien a los padres de este problema, por ser ellos principalmente los que lo pueden evitar, pues los niños con esta patología son muy pequeños y no se les puede involucrar en la prevención de este problema.