Se trata del problema para aprender a leer que presentan algunos niños con un coeficiente intelectual normal y sin la presencia de otros problemas físicos o psicológicos que puedan explicar las dificultades.Se ha de tener en cuenta que aunque dislexia se refiera etimológicamente a problemas en la lectura, normalmente se presenta junto con dificultades en la escritura o disortografía. Por ello sería más lógico hablar de problemas para aprender a leer y escribir, lectoescritura.
- Dislexia adquirida: personas que tras haber logrado un determinado nivel lector, pierden algunas de estas habilidades como consecuencia de una lesión cerebral.
- Dislexia evolutiva: niños que sin ninguna razón aparente presentan dificultades en el aprendizaje de la lectura. Esta es a la que en adelante nos referiremos.La lectura es una actividad compleja. En su aprendizaje es normal que, en las primeras etapas, aparezcan dificultades y errores que no tienen por qué indicar una futura dislexia. Para ello tendría que producirse un retraso de dos años en relación al nivel esperado de lectura.Hasta hace poco se ha pensado que la dislexia era un trastorno más frecuente en niños que en niñas. Sin embargo, estudios mejor controlados estiman que el predominio en el sexo masculino es muy bajo. A pesar de que la dislexia tiene un componente hereditario importante, no está demostrado el tipo de herencia por el que se rige.Las causas de la dislexia infantil siguen sin estar claras.Una de las teorías ha sido la de que el origen de la dislexia residía en un trastorno perceptivo-visual. Así el motivo por el que los niños presentaban confusiones lectoras entre b-p, p-q, d-p, u-n, los-sol, etc., sería por dificultades en la percepción visual, debido a incapacidad para organizar espacialmente de forma adecuada el material a leer, sobre todo en sus aspectos de orientación derecha-izquierda, unido casi siempre a un conocimiento inadecuado del esquema corporal.
La dislexia también se ha achacado, entre otros factores, a un inadecuado movimiento ocular, a un menor rendimiento en la memoria, a un insuficiente desarrollo cerebral para integrar los estímulos auditivos y visuales, a problemas afectivos, a problemas pedagógicos o a deficiencias en el desarrollo del lenguaje. Otra teoría afirma que muchas personas tienden a procesar la información de una forma visual o imaginativa. Es decir, elaboran su pensamiento primeramente a través de su inteligencia visual. Podríamos decir que su pensamiento produce una película continua. Y la película se interrumpe cada vez que deben leer una palabra abstracta, que no es fácilmente traducible. Importantes trabajos recientes de revisión sobre el tema se inclinan de forma muy decidida por la hipótesis lingüística como base de la dislexia.Actualmente uno de los modelos más aceptados es el del modelo de lectura de doble ruta, según el cual, el lector utiliza dos vías para llegar al significado de las palabras que ve escritas:Ruta visual: consiste en comparar la forma ortográfica de la palabra escrita (secuencia de letras) con las representaciones de palabras de que disponemos en el léxico visual (a modo de “diccionario visual”). Ruta fonológica: mediante el mecanismo de conversión de letras a sonidos, se obtiene la pronunciación de la palabra, siendo así ésta identificada.
Se ha visto que los niños que presentan dificultades en la lectura pueden tener dañadas una (o ambas) de estas rutas, por lo que según las dificultades que presenten se puede hablar de tres tipos de dislexia:
- Dislexia visual: la lectura siempre se produce por la ruta fonológica.
- Dislexia fonológica: la lectura se produce por la ruta visual.
- Dislexia mixta: se presentan problemas referentes a los dos subtipos anteriores.
No existe en la actualidad ningún examen “biológico” que se pueda utilizar en la práctica clínica para establecer o confirmar el diagnóstico de dislexia. Tampoco es posible en una edad temprana establecer con seguridad dicho diagnóstico.El que un niño no aprenda a leer en la etapa de Infantil no tiene por qué indicar una futura dificultad grave, pues cada uno tiene su ritmo, y aunque los niños pueden escribir y leer desde el inicio de la escolaridad y no se debe frenar ni retrasar su aprendizaje, tampoco se puede forzar el aprendizaje precoz, ni clasificarlos ni exigirles a todos unos conocimientos iguales.En la etapa de Primaria es cuando puede establecerse con firmeza el diagnóstico de dislexia.
Los síntomas más habituales son:
- Omisiones, substituciones, inversiones, distorsiones o adiciones de letras, sílabas y/o palabras.
- Rectificaciones, vacilaciones, silabeos y pérdidas de la línea, provocando lentitud lectora
La consecuencia de estas dificultades en la lectura mecánica es la falta de comprensión de lo leído. De todos modos, a lo largo de la escolaridad se suele presentar la siguiente evolución:
- Niveles inferiores: (repetidores de 2º curso y 3º de Primaria) Los alumnos con dificultad lectora no suelen dominar todas las correspondencias entre letras y sonidos.
- Niveles medios: (3º y 4º de Primaria) Los alumnos han aprendido dichas correspondencias, pero les cuesta trabajo automatizar la lectura de sílabas, siendo su lectura muy laboriosa y lenta.
- Cursos superiores: los alumnos presentan problemas en el reconocimiento de palabras completas, por lo que tienen que leer muy despacio para leer bien. Pero dado que las actividades escolares en los cursos superiores obligan a los alumnos a ser lectores exactos y rápidos, dicha presión provoca que modifiquen su manera de leer: dejan de usar la lectura secuencial, que es exacta pero ineficaz por su lentitud y utilizan el procesamiento de pistas fonéticas parciales y ortográficas globales pero incompletas, combinado con el uso de la adivinación. Como resultado, aumentan los errores, la ansiedad al darse cuenta de ellos, el rechazo a las tareas de lectura y como consecuencia las pocas oportunidades para automatizar el reconocimiento de palabras completas.
Por otro lado, la dislexia puede ir unida a otros problemas de aprendizaje escolar, como:
- -La disgrafía (dificultades en la realización de los trazados gráficos que requiere la escritura)
- -La disortografía (dificultades para reproducir correctamente las grafías que integran las palabras)
- -Problemas de falta de atención y concentración.
- -Falta de interés y motivación por el estudio.
- -Fracaso escolar, con aversión hacia la lectoescritura.Como consecuencia de ello, podemos encontrar algunos desajustes a nivel comportamental y emocional:
– Aumento de la falta de auto-confianza y de la frustración.
– Baja auto-estima.
– Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva.
Si un niño presenta dislexia tiene necesidad de: una evaluación temprana de sus dificultades, un programa de refuerzo o adaptación curricular centrado en las tareas de leer y escribir, un apoyo escolar, preferiblemente individual y especializado.
La coordinación entre otros servicios (sanitarios, educativos), la colaboración familiar. El tratamiento de los problemas lectores debe centrarse en la recuperación del mecanismo que funciona deficientemente, por lo que el planteamiento terapéutico ha de ser obligatoriamente individual. Cuando las dificultades se centran en la ruta fonológica es imprescindible trabajar las habilidades de correspondencia de grafema a fonema. Por el contrario, si las dificultades se encuentran en el reconocimiento de palabras habría que trabajar con tarjetas en la que estén el dibujo y la palabra escrita.En cuanto a la metodología es muy importante adecuar el ritmo a las posibilidades del niño, trabajando estas actividades de forma agradable, con sensibilidad a las necesidades globales del niño y propiciando continuamente el éxito en la tarea.