Se considera que un embarazo es de riesgo cuando la vida de la mamá o del feto, o ambas, pueden correr algún tipo de peligro o tener complicaciones. Igualmente, en caso de que el obstetra catalogue el embarazo como de “riesgo” no hay que alarmarse ni asustarse o angustiarse, sino que sólo habrá que tomar más precauciones que las que tendría un embarazo completamente normal. El obstetra pedirá una mayor cantidad de análisis, ecografías y controles. Existen determinadas señales de alarma que la mujer embarazada debe comunicar a su médico de inmediato, ya que podría tratarse de una complicación grave para la que un tratamiento precoz es de enorme importancia.
Ante la presencia de alguno de los siguientes síntomas, se debe consultar al médico: hemorragias vaginales(aunque sean leves),dolores de cabeza persistentes, molestias en la zona de los riñones y el bajo vientre, contínuos mareos y vómitos, molestias al orinar, problemas en la vista, hinchazón de las articulaciones desde la mañana, fiebre, reacciones alérgicas (estornudos constantes, enrojecimiento de piel), excesivo cansancio o fatiga, ausencia de movimiento por parte del feto (en el último trimestre),contracciones uterinas,pérdida de líquido por la vagina.
Algunos factores que suelen ser tomados como de riesgo son :
- La edad de la madre (cuando tiene más de 35 años, sobre todo si es su primer embarazo, o bien si tiene menos de 17 años)
- Algunas enfermedades como la diabetes tipo A, cardiopatías, enfermedades renales o mentales, malformaciones uterinas, infecciones de tipo viral, virus HIV .
- La incompatibilidad en sangre, o sea del RH entre la mamá y el feto
- Embarazos múltiples (por la alta probabilidad que tienen de derivar en partos prematuros)
- Anemia, alcoholismo, fumar, obesidad, tendencia a las hemorragias, hipertensión arterial
- Abortos repetitivos
- Placenta previa
- Embarazo ectópico o extrauterino (cuando el óvulo fecundado se implanta fuera del útero. Si no se trata a tiempo puede provocar una grave hemorragia)
- Cromosopatías del feto
- Infecciones urinarias (pueden provocar daños en los riñones y/o que el bebé nazca en forma prematura si no se trata a tiempo)
- Alteraciones del líquido amniótico o ritmo cardíaco del feto
-
Envejecimiento o desprendimiento de la placenta (ocasiona sufrimiento fetal)