Existen varios hábitos efectivos que toda familia precisa cultivar para así experimentar equilibrio y armonía en sus vidas. La familia es, en el 90% de los casos, el bastón que nos aporta apoyo, cariños, contención y solidez, por ende es necesario asumir una actitud de liderazgo y procurar cultivar una serie de hábitos efectivos
Una familia se compone de vinculos cercanos con los que interactuamos en forma diaria y cotidiana. No sólo son padres e hijos, sino que también estos vinculos pueden incluir a padres, hermanos, tíos, etc. Siempre que convivan en un mismo espacio tres o más personas, se hace muy necesario desarrollar ciertos hábitos y pautas de interacción que contribuyan al equilibrio.
Cuando no desarrollamos ni ponemos cuidado en sostener ciertos hábitos efectivos psico-emocionales dentro del ámbito familiar, podemos experimentar diversas consecuencias negativas tales como discusiones, peleas, conflictos, distancia, frialdad emocional, etc. Todas estas consecuencias negativas generan desequilibrio y afectan la salud y la de los seres queridos. Lamentablemente hasta puede incidir en que algún miembro desarrolle un trastorno de conducta psico – emocional o bien psicosomático.
La importancia de una correcta comunicación: La asertividad es la capacidad de expresar lo que sentimos y pensamos en forma adecuada, clara y adulta. Esto promueve una comunicación altamente equilibrante en nuestra familia, ya que las cosas que nos desagradan o que consideramos injustas, son expresadas en forma directa y sincera. Comunicarse en forma asertiva significa no caer en la agresividad ni en la sumisión, simplemente comunicás lo que pensás y sentís.
Asumir responsabilidades: Cuando compartimos el hogar con otras personas, es fundamental crear una división de tareas que sea justa y equitativa con los demás, de otra manera se genera confusión, resentimiento y sensación de injusticia. Es importante asumir una actitud de liderazgo y tratar de que todos los que comparten el hogar ayuden a mantenerlo limpio, cuidado y ordenado ya que esto genera armonía y equilibrio interno.
Expresar cariño y amor: Cuando expresamos nuestro amor verbal y corporalmente, contribuimos a que circule una energía que pacifica que armoniza nuestras relaciones. Hay que decirse “Te quiero”, “Te amo”, en forma seguida o simplemente besar y abrazar a nuestros papás, hermanos, pareja e hijos. Es un acto tremendamente beneficioso y curativo.
Estimular el crecimiento de la familia / Compartir experiencias : No hay nada más potente y nutritivo que apoyar a nuestros seres queridos para que desarrollen un camino de crecimiento personal y espiritual en sus vidas. La mayor bendición en una familia es que exista un apoyo y aliento para que cada uno pueda desarrollar su propio camino y potencial. Compartir es un acto muy terapéutico para una familia. Compartir experiencias lúdicas significa generar encuentros donde la familia comparte actividades recreativas, como ver una película, jugar a diversos juegos, salir a pasear, bailar, etc. De lo que se trata es de crear oportunidades para compartir algo que enriquezca a todos y aumente el placer de estar juntos.
Celebrar: Una actitud celebrativa en la vida es el mejor regalo que una persona puede brindar a sus seres queridos. Celebrar significa abrirse al placer de bailar y festejar tanto en ocasiones formales (cumpleaños, aniversarios, etc) como en informales (una buena calificación de un hijo, un logro profesional del tío, etc.). Celebrar genera personas vitales y felices que se abren a la pasión de vivir y lo expresan corporalmente.