En el embarazo es posible apreciar ciertos cambios que sufre la piel, tales como dolores de espalda ó estrías. Además, existen además otros cambios que afectan la piel y las uñas, como el melasma, el afinamiento del cabello, la aparición de arañitas y várices, entre otras.
Los cambios en la piel pueden ocurrir por muchas causas, algunas de ellas relacionadas con modificaciones hormonales que ocurren en el embarazo. En otros casos, los problemas de la piel pudieron estar presentes antes del momento de embarazarse o se evolucionaron durante el embarazo. Por eso, es necesario consultar al médico por estos problemas cutáneos, ya que que el sabrá orientarnos sobre sus causas y tratamiento.
Las estrías son resultado de un proceso anormal que afecta las dos capas superiores de la piel, la epidermis y la dermis, y que se caracteriza por la aparición de pequeñas cicatrices lineales, paralelas y múltiples, en áreas de estiramiento y de tensión. Se trata de un problema que causa malestar estético y en algunos casos psicológico.
Se producen por una combinación de 2 factores:
- El estiramiento de la piel, que puede ser provocado por el embarazo
- El aumento de los niveles de hormonas sexuales femeninas, que también se produce durante el embarazo.
Esto determina que un debilitamiento de las fibras elásticas y de colágeno que dan la consistencia y resistencia de la piel, y que ante el estiramiento se rompen. Durante el embarazo, tienden a aparecer a partir del 2do trimestre en adelante, momento en el que se produce un aumento considerable del tamaño del feto.
Las estrías pasan por dos etapas. Una inicial de tipo inflamatoria, en la que tiene color rojizo o purpúreo. En esta etapa es más fácil su prevención. Luego viene la etapa cicatrizal, en la que la piel afectada tiene ya un aspecto atrófico, deprimido, de color blanco-nacarado. En esta etapa no hay reversión espontánea si no se aplica tratamiento.
Normalmente, se ubican en el abdomen, vientre, alrededor del ombligo, en las mamas, en los muslos, en la región glútea, detrás de los brazos.
El tratamiento de las estrías apunta fundamentalmente a la prevención:
- Se debe evitar los aumentos bruscos de peso, especialmente durante el embarazo.
- Una buena nutrición basada en correctos hábitos alimentarios y una dieta saludable, es fundamental para la salud de la mamá y del bebé.
- Un programa de ejercicios y gimnasia adecuados para la etapa del embarazo en la que se encuentre.
- Se debe seguir una dieta apropiada
- Usar cremas hidratantes que permiten aumentar la resistencia de la piel. Son particularmente útiles aquellos preparados que además de contribuir a la hidratación, contengan principios antiinflamatorios, como aceites omega 3, y sustancias exfoliantes y reconstituyentes del colágeno (como los alfa hidroxiácidos, acido glicólico, etc).
- Se debe tener en cuenta no obstante que la mayoría de las estrías desaparecerán lentamente después del parto, aunque algunas pueden permanecer.