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Anticonceptivos en la etapa de postparto y lactancia

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Es importante que la pareja se sienta cómoda con la elección del método anticonceptivo en la etapa de posparto y lactancia, porque esto le permitirá disfrutar tanto del cuidado y atención de su bebé como de su sexualidad, sin preocuparse ante la posibilidad de un nuevo embarazo. También,  es recomendable la consulta médica previa para que el profesional pueda asesorar acerca de cuál es el método más indicado para cada situación, en qué momento se puede comenzar a utilizar y para evitar que la lactancia y el bienestar de la mamá se vean afectados.

Entre los métodos que se pueden utilizar en la etapa de posparto, tanto luego de un parto vaginal como luego de una cesárea, y que no afectan la lactancia porque no tienen carga hormonal contraindicada para esta etapa, están:

  1. Método de amenorrea de lactancia: los tres primeros meses de posparto por lo general se está en amenorrea (falta de menstruación), y alimentando al bebé a través de lactancia materna exclusiva es muy poco probable que se produzca la ovulación. Al comenzar con una alimentación suplementaria o al combinar con leche de fórmula y por ende disminuir la frecuencia de la lactancia, se producen las primeras ovulaciones. De todas maneras, durante la lactancia la mujer puede llegar a ovular y por lo tanto no hay que confiar en que amamantar al bebé es un método anticonceptivo en sí mismo.
  2. Preservativo femenino o masculino: es un método de barrera que impide el paso de los espermatozoides hacia el útero y no tiene ninguna contraindicación durante el período de lactancia. Se puede comenzar a utilizar en cualquier momento del posparto, pero tal vez en esta etapa la mujer sufra de sequedad vaginal y necesite utilizar geles lubricantes si opta por el preservativo.
  3. El DIU: se trata de un dispositivo intrauterino en forma de T que el médico coloca dentro del útero. Actúa dificultando el paso de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio y aumenta la movilidad de estas, dificultando la fecundación. Este método se puede colocar tras el nacimiento del bebé pero quizá sea más recomendable esperar a que pasen seis semanas después del parto para hacerlo. Debe ser controlado periódicamente por el médico porque a veces puede moverse o ser expulsado.
  4. El Diafragma: es un capuchón flexible de látex o de silicona en forma de disco que se coloca sobre el cuello uterino para impedir que los espermatozoides lleguen al útero mientras el espermicida que se coloca sobre el diafragma, los destruye. Usar este método en el posparto requiere de más cuidados porque en principio hay que esperar a que la vagina recupere su tamaño porque de eso dependerá la medida del diafragma, además necesita de cremas espermicidas para mayor efectividad.
  5. El Capuchón cervical: es un dispositivo diseñado para ajustarse al cuello del útero, es de hule de látex y tiene la forma de una pequeña taza -es más chico y más rígido que un diafragma-. Viene en varios tamaños y el ginecólogo debe indicar cuál es el adecuado para cada mujer. El capuchón impide el ingreso de los espermatozoides al útero y el espermicida los destruye, evitando así el embarazo. Al igual que el diafragma, hay que esperar a que la vagina recupere su tamaño para establecer la medida del capuchón.
  6. Implante hormonal libre de estrógenos: se trata de un implante anticonceptivo que se coloca debajo de la piel del antebrazo y libera progesterona en forma continua durante tres años; al ser un método libre de estrógenos, puede utilizarse durante la lactancia. Es un palito del tamaño de un fósforo que libera la hormona etonogestrel en el torrente sanguíneo y actúa de la misma forma que las pastillas anticonceptivas, inhibiendo la ovulación. Además, debilita el moco del cuello del útero dificultando el paso de los espermatozoides que tratan de alcanzar el óvulo. Puede ser colocado (con una mini-cirugía que realiza el ginecólogo) 21 días después del parto. Al retirarlo la fertilidad se recupera casi de inmediato.
  7. Inyectable de progestágeno: funciona fundamentalmente impidiendo la liberación de óvulos. Como no contiene estrógeno, puede ser utilizado durante la lactancia. Se administra en el sanatorio, hospital o salita mediante una inyección en el músculo (inyección intramuscular) o justo debajo de la piel (inyección subcutánea), dependiendo de la fórmula empleada. Hay que recibir la inyección cada 3 meses, en el caso de los inyectables que contienen Acetato de medroxipro-gesterona de depósito (AMPD), y cada 2 meses en el caso de los que contienen Enantato de noretisterona (NET-EN). Su eficacia depende de que las inyecciones se reciban con regularidad: el riesgo mayor de embarazo se da cuando la mujer omite una inyección. Cuando la mujer recibe sus inyecciones a tiempo, se produce menos de 1 embarazo en cada 100 mujeres que utilizan inyectables de progestágeno. Este inyectable puede colocarse a las 6 semanas después del parto. Si no se alimenta al bebé con lactancia materna, se pueden utilizar inyectables mensuales -que además contienen estrógenos-, y hay que esperar por los menos dos semanas después del parto para comenzar a utilizarlos.
  8. Escudo de lea: es un dispositivo de silicona con forma de cúpula que cuenta con un anillo para retirarlo y se ajusta al cuelo del útero, cubriéndolo. Actúa impidiendo el paso de los espermatozoides y también se utiliza con espermicida para destruirlos. Viene en un solo tamaño y se necesita una receta médica para adquirirlo. A diferencia del diafragma y el capuchón, el escudo de Lea tiene una válvula que crea una succión para que el dispositivo se ajuste bien sobre el cuello uterino y permite la salida de flujo y secreciones, mientras impide el paso hacia adentro de espermatozoides.
  9. Mini píldora: parecida a las pastillas anticonceptivas convencionales, la minipíldora es una muy buena opción para esta etapa porque no altera la cantidad ni la calidad de la leche materna ya que no contiene estrógeno (uno de los principales componentes de los anticonceptivos orales combinados contraindicados por su efecto sobre la leche materna) sino que sólo tiene una hormona llamada levonorgestrel que actúa espesando el moco del cuello uterino para dificultar el paso de los espermatozoides al útero. Actualmente se está usando cada vez más un nuevo anticonceptivo oral que cuenta con la hormona desogestrel, que actúa inhibiendo la ovulación, como lo hacen los anticonceptivos combinados que contienen estrógeno y progesterona. Conviene hablar con el médico previamente para saber a partir de qué momento se puede usar.

En el caso de no estar amamantando, se puede elegir también entre otros métodos anticonceptivos con carga hormonal. Puede pasar que un método no resulte el mejor o el más cómodo, en estos casos ayuda plantearle al médico las preferencia de la pareja y elegir juntos el anticonceptivo más indicado para ese momento teniendo en cuenta la salud de la mamá, sus necesidades, su comodidad y otros aspectos.

Cabe destacar que, a excepción del preservativo, ninguno de los anticonceptivos anteriormente mencionados protegen contra las enfermedades de trasmisión sexual ni contra el SIDA.