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Situaciones en las que se debe llamar al obstetra en el embarazo

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Existen malestares típicos del embarazo como acidez, náuseas, vómitos y mareos leves, sobre todo en el primer trimestre, cuando el cuerpo se está adaptando a los cambios, sin embargo, hay otros malestares que requieren de una inmediata  consulta al médico obstetra.

Situaciones en las que se debe llamar al obstetra en el embarazo

  • Cambios en el flujo vaginal o pérdida de líquido por vagina: La pérdida de líquido de color claro por la vagina, con olor a lavandina, indica que se ha roto la bolsa de aguas. Normalmente, esta bolsa no se rompe hasta el momento del parto. Si se rompe espontáneamente y no hay contracciones ni molestias, se debe acudir al médico de inmediato porque hay riesgo de infección. Por otro lado, cambios en la cantidad, apariencia y olor en el flujo vaginal ameritan una consulta (color amarronado, restos de sangre, un olor fuerte, etc.).
  • Sangrado Vaginal:  las pérdidas de sangre o hemorragias durante el primer trimestre del embarazo, por más pequeñas que sean, obligan a la consulta médica. Ante pérdidas de sangre oscura o roja, con o sin dolor, existe el peligro de aborto. Puede haber sangrado en cualquier momento del embarazo, que se asocia a diferentes patologías, y en todos los casos es importantísimo consultar al médico inmediatamente.
  • El bebé se mueve muy poco: ante la menor duda o sospecha de que el bebé pasó varias horas sin moverse cuando ya lo hacía periódicamente, o disminuyó la frecuencia de sus movimientos, es importante comunicárselo al médico lo antes posible. Un método casero que se puede utilizar para sentir los movimientos del bebé es comer o tomar algo dulce y esperar unos 20 o 30 minutos, aproximadamente, y recostarse, ya que en esa posición se pueden distinguir estos movimientos con más claridad.
  • Contracciones / dolor abdominal: si se siente una presión fuerte en la pelvis, como si el bebé estuviera empujando hacia abajo, dolor fuerte en la espalda baja, dolores abdominales severos y persistentes, dolores parecidos a los menstruales o más de cuatro contracciones por hora (aunque no duelan), es fundamental consultar al médico, sobre todo si estos síntomas se presentan antes de la semana 37 de embarazo, porque pueden ser señal de un parto prematuro.
  • Fiebre: ante un cuadro de fiebre, sobre todo alta y persistente (más de 38 grados), es imprescindible acudir al médico para evaluar el caso y su tratamiento. No automedicarse ni en este, ni otros casos, y consultar previamente al médico sobre los medicamentos que se pueden tomar en el embarazo para que no afecten al bebé.
  • Vómitos severos:  Los vómitos excesivos (entre 5 a 10 veces por día), incluso con el estómago vacío, pueden ser síntoma de hiperemesis gravídica. Esta afección puede producir la deshidratación de la mamá y requerir de una internación para evitar complicaciones. Por eso, es importante consultar al médico ante síntomas semejantes.
  • Extrema palidez: la palidez extrema en piel y encías, la sensación de cansancio y debilidad, las uñas quebradizas, latidos rápidos (más de 100 pulsaciones por minuto), dolor de cabeza y/o sensación de sofoco sin razón pueden ser síntomas de una anemia extrema. Este problema puede ser muy serio en el momento del parto o durante el posparto, porque la pérdida de sangre agudiza la anemia. Para evitarla es recomendable comer verduras de color verde oscuro (acelgas, espinacas, brócoli y otras), carne (vísceras, hígado, corazón, morcilla) y legumbres y cumplir con la toma de los suplementos de hierro indicados por el médico.
  • Hinchazón: en el embarazo es normal tener cierto grado de hinchazón debido a la retención de líquidos, sin embargo, es importante estar atenta si la hinchazón se produce en la cara o alrededor de los ojos, si es muy pronunciada en las manos, o si se produce de manera repentina en pies y tobillos. Como otros síntomas, este también puede ser señal de preeclampsia por lo que la consulta al médico es fundamental.
  • Molestias o ardor al orinar: hay que consultar al médico para descartar que no sea producto de una infección urinaria, la cual requiere un tratamiento adecuado.
  • Constantes calambres: sii se siente un calambre o dolor muscular constante en la pierna, hinchazón, enrojecimiento o sensibilidad de la zona afectada y calor al tacto, hay que llamar inmediatamente al médico. Estos pueden ser signos de un coágulo de sangre (tromboflebitis), que si bien ocurre raras veces, el embarazo aumenta las posibilidades de sufrirlo.
  • Picazón intensa: picazón intensa en la palma de las manos y plantas de los pies, que al cabo de poco tiempo se hace continua y puede alcanzar todo el cuerpo, puede ser síntoma de una afección llamada Colestasis y que es importante diagnosticar de inmediato.
  • Dolor de cabeza: no es raro tener dolores de cabeza en el embarazo, especialmente en los primeros tres meses. Es probable que estos disminuyan o incluso desaparezcan durante el segundo trimestre, cuando la avalancha hormonal se estabiliza y el cuerpo se acostumbra a este nuevo estado. Ante dolores de cabeza se le puede preguntar al médico qué medicamentos se pueden tomar. Sin embargo, hay casos en los que pueden indicar un problema mayor, por ejemplo, si el dolor de cabeza es repentino, violento y hasta hace que una se despierte por la molestia, si viene acompañado de náuseas y/o vómitos. En el segundo o tercer trimestre del embarazo, un dolor de cabeza así podría ser un síntoma de preeclampsia, una condición grave del embarazo que se caracteriza por presión arterial alta, incremento repentino de peso o hinchazón de las manos o la cara, visión nublada o mucho sueño y dificultades para hablar. En estos casos, hay que llamar al médico inmediatamente.

  • Problemas en la vista: el embarazo puede aumentar los problemas preexistentes en la vista o desencadenar nuevos como miopía, edema ocular, etc.; además, los malestares en la vista pueden estar relacionados con otras afecciones como la preeclampsia. Por eso, hay que estar atentas a síntomas como visión borrosa o nublada, destellos, manchas o partículas flotantes en el campo visual, etc.
  • Mareos y desmayos: si bien los mareos son normales en el embarazo, y suelen desaparecer hacia el segundo trimestre, hay situaciones que ameritan una llamada al médico: si los mareos son continuos o se producen luego de un golpe o herida en la cabeza, si vienen acompañados de dolor abdominal, visión borrosa, problemas para hablar, problemas para respirar, pérdida de sensibilidad, hormigueo, palpitaciones o alguna hemorragia, es importante llamar al obstetra o partera o ir a una guardia médica para controlar que todo esté bien.
  • Caídas o golpes en el abdomen: Ante una caída o golpe, es importante controlar que el bebé se siga moviendo y acudir al médico para comprobar que todo está bien. Si luego del golpe notamos que se produce un sangrado vaginal, pérdida de líquido amniótico, dolor abdominal intenso, contracción abdominal que no se pasa con los minutos o notamos que el bebé no se mueve acudir de manera urgente.
  • Estrés, depresión o problemas emocionales: enfrentar durante el embarazo emociones fuertes y situaciones críticas, como la pérdida de un ser querido, crisis familiares, abandono de la pareja, entre otras, puede tener efectos en la salud física y psíquica. Es importante hablar con el médico acerca de estos problemas porque pueden resultar contraproducentes para la futura mamá y el bebé. Encontrar la contención necesaria en estos casos es fundamental.