Hay embarazadas que un día comienzan con una congestión nasal que no se calma con el paso del tiempo, sienten como si tuvieran la “nariz tapada” y que ya no pueden estar sin un pañuelito a mano.
Si se trata solo de eso, sin fiebre ni otros síntomas, esta sensación puede responder a una afección muy común en esta etapa, llamada “Rinitis del embarazo”.
Comenzar con esa sensación de nariz tapada, “agüita en la nariz” y congestión constante es común, sobre todo a partir del segundo mes de embarazo, y hay casos en que dura hasta el parto o incluso después del mismo. Esto se debe a que la hormona estrógeno, que aumenta considerablemente en esta etapa, puede contribuir a la inflamación de las mucosas de la nariz e incluso generar más mucosidad. También, el aumento de la cantidad de sangre que circula por el cuerpo, normal en el embarazo, puede hacer que se inflamen las mucosas nasales.
¿Cómo me doy cuenta de que es una congestión común de esta etapa?
Si esta congestión viene acompañada de fiebre, dolor de garganta, inflamación de ganglios, etc. puede deberse a una gripe. Y si viene acompañada de picazón en los ojos o la nariz y estornudos constantes, puede responder a una alergia. Hay que tener en cuenta que durante el embarazo las alergias pueden empeorar o hasta se pueden producir nuevas alergias. Si la sensación es solo de congestión y “moqueo” constante, lo más seguro es que se trate de rinitis del embarazo.
De todas maneras no hay que dejar de consultar al obstetra ante este y otros síntomas.
¿Cómo aliviar las molestias?
Por lo general, esta molestia se mantiene controlada y no pasa a mayores, y como en el embarazo lo mejor es no tomar medicamentos a menos que sea necesario, para disminuir el malestar a causa de esta congestión se pueden tomar medidas como:
- Evitar ambientes secos y utilizar un humificador de ambientes en casa y/o en la oficina
- Mantener la casa con la menor cantidad de polvo posible
- Evitar el contacto con el humo del cigarrillo
- Beber abundantes líquidos
- Aprovechar la ducha para darse baños de vapor con el fin de humedecer los conductos nasales.
- Dormir con la cabeza elevada (se puede usar una almohada extra) para facilitar la respiración y evitar que la nariz se tape aún más
Si los síntomas se agravan, no dejar de consultar al obstetra.